El Arte de Dejar de Pensar

jueves, noviembre 18, 2021

Uno de los síntomas más tediosos que expresan los pacientes y clientes que llegan a mi consulta es el hecho de que creen no poder controlar sus pensamientos, y son justamente ciertos episodios dolorosos del pasado (reciente y lejano) y alguna que otra recreación ficticia futura que martillan una y otra vez en la mente provocando malestar, frustración, ansiedad y otros síntomas.

Me referiré específicamente a esos episodios ya ocurridos en este caso. Estos pensamientos y recuerdos recurrentes están ahí tocando a la puerta de tu consciente por algo, y te lo diré sencillamente, están ahí para dejarte saber que allá atrás en el suceso quedo algo pendiente por decir, por hacer o por sentir.

Este proceso también se le conoce como rumiación o rumiar, es repasar una y otra vez en la mente un suceso que te produjo dolor y malestar sobre todo del tipo emocional, de esos que pican un más. Entonces se vuelve un circulo vicioso de pensar, volver a sentirte mal por el hecho desagradable una y otra vez, añadiendo a esto todas las sustancias bioquímicas negativas que se liberan en tu cuerpo cada vez que tu mente en combinación con tus emociones vuelve a revivir el recuerdo doloroso.

La mayoría no ve una salida para esta situación, simplemente entienden que la mente es la que domina y se dejan a su merced, pero aquí te daré varias técnicas para que hagas de tu mente una aliada en vez de tu carcelera y te liberes de esos pensamientos recurrentes que te amargan la existencia.

  1. Vuelve consciente de tu proceso de pensamiento, a esto me refiero con que tienes que volverte detective y vigilante de los pensamientos que cruzan por tu mente.
  2. Verifica si hay algún denominador común o detonante para el proceso de pensamiento o rumiación.
  3. Cuando llegue el pensamiento o recuerdo doloroso decirle que sí y asentir a el, y por primera vez no te sentaras en la silla de víctima, te vas a sentar como una espectadora de una película de lo sucedido y lo vas a recrear esta ves tu como 3ra persona.
  4. Vas a cuestionar-te cual buena directora de cine de esa película, el por qué tu personaje se sintió o reacciono así, que pasó, para que pasó, por qué el otro (s) actuaron así, y haces todo este cuestionamiento sin identificarte o involucrarte emocionalmente con el hecho (recuerda eres la directora/o).
  5. Ya en ese estado de neutralidad y muy posiblemente con nueva información sobre la verdadera realidad que provocó tu dolor ahora puedes volverte el personaje principal y si estas lista/o, recrear la situación nuevamente pero ahora en esa nueva versión de la película vas a decir o hacer lo que te hubiese gustado que sucediera y sobre todo vas a darte permiso de sentir y expresar todas tus emociones sin saltar ninguna de ellas o menospreciarlas.
  6. Para intensificar la ayuda o solución puedes hablar directamente con la(s) persona (s) involucradas y con respeto y siempre hablando en primera persona (yo me siento, yo pienso, yo…) expresar tus sentimientos y emociones de como te sentiste con el hecho y ojo, llamar a cada emoción por su verdadero nombre sin intentar minimizar y sobre todo removiendo cualquier expectativa de que la otra persona cambie o pida disculpas ya que no podemos controlar lo que el otro diga, piense o haga; esta acción es enteramente tuya para ayudarte a cerrar ese ciclo y ese proceso de pensamiento.
  7. Si la persona ya no está, o te cuesta mucho afrontar la situación, otra manera es escribir una carta que puede o no llegar a su destino, la verdad no importa porque para tu cerebro es igual, te estas desahogando, expresando y actuando como quisiste y que por alguna razón no pudiste y estás sacando todo ese malestar y rumiación de tu sistema.
  8. Otra técnica que ayuda si los pensamientos son sin sentido, solo pensamientos de cosas triviales pero que no puedes parar de pensar es hacer listas, escribir en un papel todas las cosas que te estén pasando por la cabeza pero poner solo una palabra relativa a ese pensamiento, por ejemplo si viene un pensamiento de que mañana tienes que ir al supermercado, en vez de escribir todo lo que implica solamente escribes en tu lista la palabra “supermercado” y así haces por unos minutos hasta que tu mente se vacíe y te deje en paz un buen rato porque para tu mente ya le pusiste atención y por ende se libera. También verificar si te dijiste que harías algo y aun no lo haces, la mente buscara la manera de recordártelo, así que si hay algo pendiente por hacer por mas sencillo que sea ve y hazlo.
  9. En donde pongas tu atención todo se intensifica, si no quieres darle poder a cualquier pensamiento quítale lo único que lo alimenta, tu atención, si ya le diste su espacio al recuerdo y cumpliste con todos los pasos anteriores y aun llegan esos recurrentes pensamientos dolorosos o incomodos, practicar el perdón es maravilloso tanto para ti como para los demás, otras cosas que puedes hacer son actividades donde la mente tenga tareas para que así se enfoque en otras cosas como por ejemplo, sopa de letras, ejercicios de estimulación cognitiva, crucigramas, sudokus, rompe cabezas, entre otros.

Recuerda que tu mente puede ser tu aliada o tu carcelera y todo depende ti, de tu disciplina y compromiso a entrenarla, entenderla y cuidarla.

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